Entrada número 80

"A la mierda se fue el significado del número 23 en la vida" dijo la voz de Keops del otro lado del auricular, o bueno eso creo que fue lo que dijo, porque no me acuerdo de las frases exactas d lo que hablo, hablan, hablamos... pero ese el el hecho:

ya no son 23, ahora son 24, así como antes eran 79 entradas y ahora son 80 mientras mis entradas se hacen más profundas y la profundidad del abismo me toma más y más a tal punto que ya poco me importan los festejos propios permitiéndome escurrirme de las cosas el día que cada quien sagradamente celebra como el día de su nacimiento. Se me ha dado el anarquismo del ego, ya van dos cumpleaños que me esfumo -buajajaja- y la gran cantidad de personas que afortunadamente me rodean ni lo saben -buajajajajaaa-... pero este es particular...

el año pasado estuve en un festejo global, era el año de mi ser definido y concreto, fue el año de definir y demostrar quién era Diako, pero este año vino sin identidad, sin saber quién soy yo, qué haré de aquí a x años, cómo me ganaré la vida, etc.... cosas que alguien normalmente a los 24 años ya está dilucidando (y con el afán de muchos de mi generación de ser pues....)

estos veinticuatro llegaron contando y olvidando el día a día pesadamente, sintiendo los huesos reacomodarse a cada despertar, preguntando mil cosas al abrir los ojos y cerrarlos sin respuestas al final del día, llegan con la ausencia total de todo afán cuando todos los afanes llegan con premura (amar, tener, gozar, trabajar, creer, poder, saber, desear con ansias, vivir con ansias, etc., etc.) y no hay nada porque sí, porque ese es el universo, porque así es la vida que vivo y que muchos estamos viviendo en similares circunstancias, porque muchos de mi generación estamos consternados al nosaberquéputashacer...

estos cuatro mas veinte años llegan con un parcero que se va y nos hace reencontrar con viejas amistades, nos hace pensar en ¿en qué momento estaremos sin más ni más ahí encarnando una ausencia en esta vida frágilonga, con la parca quiensabendóndesperándonos?, entre otras cosas (vuelvo y lo repito, allá tenemos ya un parcero, alguien que inundará de música el más allá mientras nosotros seguimos esta encrucijada ((¿hencrucijada dije?)))

estos años llegan con una madurez más de la vida especialmente, del rótulo, de la máscara que uso cada que salgo a la calle, cuando voy a una entrevista más de trabajo, en el bus rumbo a ninguna parte, en los eventos que nos llegan y nos comprometen como adultos (ir al shower del hermano de un amigo, ir a la velación de un amigo...). vida vida vida que viene y va, etc etc etc...

etc etc etc hoy tengo veinticuatro años y un par de días y unas horas contadas con unos minutos y unos segundos y eones y partículas subatómicas colapsando... acá, acá estoy al borde de mi humanidad, no lo se si mañana, y mejor ni saberlo, lo que importa es que estoy que he estado aprendiendo la lección -esa lección que terminará de aprenderse cuando e haya terminado el aprendizaje, el peregrinaje-, escribo con algo no-dolor, no-fisiológico en la panza, con la sangre en las venas, con las güevas acá, en fin... dejando la charlatanería, esta fue la entrada ochenta