26/6/10

Autoinvocación (1)

La duda siempre. Hoy, de nuevo, pienso y cuestiono una y otra vez mis ideales. A dónde me llevará mi destino, mis desiciones... Ahora que siento presión por hacer algo que no quiero. Algo en lo que no me veo. Retiro del olvido un viejo escrito, como del año 2007.

Mareo

Diego Germán Romero Bonilla

I

Es así el mareo cotidiano. Mareo, lo mismo da subir montañas o bajar avernos, Los mortales somos la única y más craza especie que se marea con la cotidianidad. Yo lo admito, también sufro de ese mareo cotidiano y esa sed inefable de aquel maná bíblico llamado pasado, back to back, ayer, gestern, atrás, yesterday, hinten, o como sea que los lenguajes lo denominen; tal cosa que se convierte en una resaca que solo se persuade bebiendo el más fuerte medicamento, realidad, en pastillas diarias, horarias y precarias cuya única contraindicación es alterar el futuro ideal por uno falso, falso pero inminentemente real.

Es por eso que me conozco últimamente como fuera de tiempo, los días se me pasan sin una esencia básica empero físicamente vivida, como un divagante empírico, anhelante y latente, ... alguien más, pero alguien a quien conozco a profundidad y que nunca he visto. ¡Es esa la tragedia griega que nadie escribió pero que todos leemos y vivimos! Por eso, desde que tengo existencia he dibujado sobre el papel lo más posible eso que he ido conociendo de mi mismo, y con el pasar de los años, toda una mitología, un códice cifrado de perdidas y sonrisas divagadas, mis sensaciones que van y vienen como la espuma.

Por eso la vida, esa gran Vampira de lo inmemorable, esa maestra de las nostalgias y las pasiones me ha dado un destino: Ars longa, vita brevis.

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