20/3/10

Shhhhhhhhhh

Ya los calendarios entonan acompasadamente el final de un trimestre de un año, justo ahora que ya no pensamos en trimestres porque los trimestres pasaron hace ya unos años que no me quiero esforzar en contar con los dedos para que no me golpetee de nuevo la patada en el culo de las tres dimensiones. Tres meses en la misma y la más migratoria de las ausencias. Recuerdo que hace muchos años más atrás de los años que contábamos trimestres y no era nada, ni un prospecto de lo que pensaba ser, quería ser eremita, dedicar mi vida al encierro y la contemplación de los misterios de la espiritualidad humana. Me veo hoy, tres meses después de brindar con vino y comer doce uvas acordes a anhelos del año, ¿qué veo?, veo a un joven encerrado contemplativo en votos de silencio no impuestos ni obligados pensando en los misterios del encuentro del yo, el centro del mándala, el renacer de Jung. He llegado a ser lo que iba a ser hace mucho, de manera indirecta y de otra manera. Qué gracioso. Es la vida.
Hoy pienso en mi silencio, mi precioso voto de silencio tan difícil de mantener a la hora de soltar un sarcasmo o de cagarla con un comentario. Aleja, que a veces alejada a pesar de estar día y noche a mi lado me recordó unas cosas que se adentraron en una convicción perdida agolondrinada tal vez
"A mí me han dado un silencio pleno de formas y visiones (dices)." A.P.

1 comentario:

  1. hace tanto no sabia quien queria ser, luego fui un accidente de la aleatoriedad misma, ahora soy alguien que dejo todo atras, por la tranquilidad que brinda la normalidad aparente, sin embargo la voluntad del universo se encarga de recordarle a uno de donde viene supongo que para mostrarle los errores... quien sabe que pasara mañana, las cosas son realmente muy extrañas

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