14/7/10

Reflexión previa

Son varias cosas
I
Recuerdo a John Locke, no el filósofo sino el personaje de Lost. Un tipo que tenía prácticamente todo perdido. Únicamente aferrado a su silla de ruedas, el destino hace que Locke se estrelle en la Isla y vuelva a caminar. Desde ahí, ese hombre aniquilado por su pasado, resignado a más no poder se convierte en un hombre de Fe. Cree en algo, cree en su destino en la Isla. Luego Jack. Inicialmente Jack es el hombre de ciencia. Pero después, en las últimas temporadas se da cuenta de su destino y también se convierte en creyente. Y lo sacrifica todo porque cree en su destino. Después ocurre lo que debe ocurrir.

II
Ahora bien, estos personajes, que son extrapolaciones ficticias de nosotros mismos, o como se diría de la literatura de Shakespeare, arquetipos de la humanidad, nos permiten identificarnos de sobremanera en cada peripecia (ahí es donde uno ve que muchas de estas series de TV no son solo basura ni artimañas comerciales, aplican a los clásicos, aplican la Poética de Aristóteles y causan identificación y catarsis).

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